Las llegadas tarde el mismo miércoles, el olor de un perfume dulce y un distanciamiento íntimo poco frecuente en él, hizo que sospechara de otra mujer. Definitivamente la infidelidad no se ve, se siente. Mi esposo cambio conmigo en todas las actividades del hogar. Incluso su estado de ánimo era de enfado. Nada le gustaba.